Rituales de Samhain y Halloween en Irlanda: entre lo celta y lo folclórico.

27.10.2023

Si buscamos información acerca de los rituales celtas celebrados en la noche de Samhain (que en Gaélico podría significar "fin del verano" o "primer mes", dependiendo de la etimología que prefieran los lingüistas), encontraremos una mezcla de estudios históricos y de ritos neopaganos, como la Wicca o el neodruidismo. Sabemos que tenía relación con los espíritus y los difuntos, porque en algunos lugares de Escocia e Irlanda se han encontrado enterramientos alineados con la posición del sol en esta fecha. Las grandes tradiciones de Halloween, como disfrazarse o preparar linternas con nabos, ahora calabazas, provienen de la celebración irlandesa, llevada a Estados Unidos por lo inmigrantes de la isla Esmeralda. Por eso parece extraño que otros rituales y celebraciones regionales hayan caído prácticamente en el olvido fuera de su territorio. Por eso nos proponemos hace un pequeño repaso a la celebración en Irlanda, para darlo a conocer fuera de la isla.

Los aspectos más celtas que se han intentado recuperar en las celebraciones turísticas y paganas actuales son los disfraces aterradores, las danzas y las enormes hogueras de Tlachtga, la victoria de la luz, así como dar voz de nuevo a algunas leyendas tradicionales relacionadas con apariciones y espíritus.

La ciudad irlandesa de Athboy es hoy día una de las sedes de reunión para los festivales de Samhain, puesto que varios manuscritos antiguos revelan que Tlachtga (nombre duna diosa o druidesa), actualmente la colina de Ward fue un importantes centro de reunión celta. Concretamente se consideraba que desde la Colina de Ward, emanaban los primeros rayos de luz del año nuevo, y en Halloween sería el lugar donde ver los últimos rayos moribundos, o bien, una de las puertas a ese otro mundo. En esta colina hay registros históricos del encendido de hogueras tradicional.

Por otra parte, aunque ya sabemos que no son celtas sino prehistóricos, los conjuntos megalíticos de Brú na Boínne son de gran atractivo por su relación con los solsticios. La fecha de Samhain, además de la cosecha, señalaba también los tiempos de caza, antes del frío invierno.

También se recuerdan leyendas como las del rey Donn, un rey invasor que desobedeciendo el consejo de los druidas, se embarcó y murió ahogado. Se le enterró en la isla de Skellig, y poco después si tumba fue imaginada como la entrada al inframundo, por lo cual Donn se convirtió en el dios celta de los muertos. Casualmente, no muy lejos se encuentra la isla Valentia, en la que vivía el dios solar Mog Ruith (padre, en algunas versiones, de Tlachtga).

En otras leyendas celtas, los héroes llevan a cabo actos concretos en Samhain, de modo que se aprovecha para mencionarlos y darlos a conocer, siendo Tara el lugar donde aparecieron grandes figuras como el dios Lugh o Fionn MacCumhail, guerrero muerto en batalla que había obtenido el conocimiento supremo por error, ya que su maestro le pidió que cocinará un pescado mágico para él, y Fionn, por error, se quema al tocarlo y se chupa el dedo, sin saber que se ha comido una escama que se había quedado pegada al piel. A causa de este conocimiento, las leyendas dicen que no murió, y que está dormido a la espera de que suene su cuerno de caza.

Samhain era una época de cambios en la que podía hacer aparición el Púca (o Pooka), una criatura temida incluso por los otros espíritus, que aparecía por las noches y a su paso destrozaba las cosechas. Tal vez por ello en Samhain se hacía una recolecta más abundante, para salvarla. El Púca también podía adoptar otras apariencias humanas o animales, y llamaba a las puertas en medio de la noche, pero diciendo el nombre de la persona en el interior. No debía contestarse ni abrirse la puerta, o la persona sería llevada por el Púca para no volver jamás. La leyenda, en su aspecto más amable, lo presenta como una criaturilla de pelaje oscuro que tiene predilección por asustar a los borrachos trasnochadores.

Como parece natural, en esa noche era preferible quedarse en el hogar. Gran parte de las tradiciones giran entorno a la cena de ese día.

El colcannon es un plato irlandés consistente en un puré de patata, col rizada y puerros, con grandes dosis de mantequilla. Es un plato, por supuesto, de la gente campesina y trabajadora, una especie de recompensa por la cosecha, en la cual también se realizaban algunos rituales tradicionales, como recoger las coles o repollos con los ojos vendados, desde la raíz, y después analizar el corazón de la hortaliza para buscar las características de la futura pareja (corazón grande o pequeño, dulce o amargo, etc). También las raíces hablaban de la altura y fortaleza del futuro amado. Puesto que la patata y la col son cultivos introducidos a partir del S.XVI, deducimos que realmente no son tradiciones celtas, en todo caso, simples adaptaciones de otros rituales en la época de la cosecha. La avena y las patatas tenían que recogerse en su totalidad antes de Samhain, y era preferible tomar las manzanas y otros frutos silvestres también antes, ya que en la noche de Samhain el Púca y otros espíritus malignos escupirían o defecarían sobre ellas. Los nabos eran la principal hortaliza con la que sea realizaban las linternas, probablemente incluso antes de la leyenda de Jack O'Lantern.

Volviendo al Colcannon, dentro del mismo se vertían varios amuletos, que, al repartirse en los platos, predecían el futuro de cada comensal. Una moneda predecía fortuna, un botón predecía éxito en el estudio o el trabajo, un anillo anunciaba boda, un dedal, que aún habría que esperar para el matrimonio. Esto también se hace Samhain y en otras fiestas con otro postre típico, el Barmbrack, un bizcocho con levadura y fruta, en el cual también se introducen objetos con significado para quien lo encontrase.

Pero los difuntos y espíritus también deben ser honrados. A los familiares difuntos se les podía reservar un asiento en la mesa de la cena de Halloween, incluyendo un plato lleno para ellos. Las velas en puertas, en ventanas y también en los cementerios, ayudaban a los espíritus a hacer el camino del cementerio a sus antiguas casas y regresar cuando saliera el sol.

En cuanto a los espíritus, en el exterior de las casas o en el interior, se les dejaba parte de la comida disfrutada esa noche. No se trataba de las sobras, sino de una porción generosa, convidándolos y solicitando a la par no ser molestados. En especial, a elfos y hadas se les preparaban Donegal (los típicos oatcakes, galletas de avena). En algunos lugares se registra que éstos eran cortados en forma de triángulo. Se procuraba que no tuvieran sal, ya que la sal se reservaba para los malos espíritus. Sin embargo, llevar una de estas tortas de avena encima, como se hacía con los más pequeños, se consideraba protector frente a estos seres.

Con el puré del Colcannon se realizaban también otros juegos y adivinaciones. Por ejemplo, se utilizaba una varita de milenrama para bendecir y hechizar este plato para que trajera riqueza y amor; se llenaban las medias con dicho puré y se colgaban en las puertas, como si fueran muérdago, para encantar y enamorar a los jóvenes que las cruzaran. También se dejaban cucharadas del puré a ambos lados de la cama para soñar con el futuro amado.

Es curioso ver que sea la fecha de Halloween en la que más se pregunta sobre temas amorosos. Encontramos varios sistemas de soñar con la persona amada o destinada al matrimonio en la historia de Irlanda, sobre todo en esta fecha. Algunos van claramente destinados al género femenino, como adivinar la cara del esposo en un paño mojado o arrojar ovillos de lana por las ventanas. Pero tenemos otros, por ejemplo, comer arenque salado antes de dormir, o dormir con ropa de mujer sobre el pecho, en el caso de los varones. A medianoche, las mujeres se cepillaban el cabello a la par que comían una manzana, mientras esperaban que en el espejo apareciera un retrato del futuro amado. Entrañaba el peligro de que fuera el diablo quién se apareciera en el espejo.

Quemar pares de troncos o nueces en la chimenea se hacía para comprobar si ambas personas "ardían" por igual por la otra. Asimismo, se echaban manzanas en cuencos o barriles llenos de agua, y según sus movimientos se emparejaba a las personas cuyos nombres se hubieran escrito en la piel. Las manzanas a veces se sustituían por judias. También podía conocerse la inicial del nombre de la futura pareja pelando una manzana sin romper la tira de piel, dejando que ésta cayera al suelo y formará una letra inicial.

Para adivinar otras cosas distintas a temas de amor, existían métodos curiosos, todos ellos relacionados con el agua: no olvidemos que el agua era un elemento de conexión con el mundo de los muertos en la cultura celta de la que probablemente provienen muchos de estos rituales no cristianos. Uno de ellos es el método del tacto. A oscuras (o con los ojos vendados) se llenaba un plato o recipiente plano con agua, y se trataba de interpretar todo aquello que se sintiera al pasar los dedos por las distintas partes del plato (textura, grietas, suavidad, etc), y pr los movimientos del agua. Lo mismo se hacía bebiendo a ciegas distintas salsas y líquidos, cada cual con un significado.

Esa noche, cada miembro de la casa coloca una hoja de hiedra perfecta en un vaso de agua y a la mañana siguiente, si la hoja todavía está perfecta y no ha desarrollado ninguna mancha, esa persona tendrá asegurados 12 meses de salud hasta el siguiente Halloween, pero si tiene manchas, según la cantidad y tamaño de éstas, se pensaba en la gravedad y duración de las enfermedades de ese año.

En otro ritual, a medio camino entre el juego y una prueba de valentía, una persona debía meterse cinco habas en la boca junto con un vaso de agua, y mantenerlas en la boca mientras acudían a escuchar algo a través de la pared de un vecino. Supuestamente, las habas reaccionarían a la escucha, y transmitirían también un mensaje. Igualmente era una prueba de valor acudir al cementerio de noche y dar tres vueltas alrededor de una tumba, esperando que el espíritu del difunto hablara sobre su vida, o contara algo sobre el futuro.

Como se habrá comprobado, no sólo se trata de agua, sino también de comida. Es la recompensa por la cosecha y también el preludio de una época de escasez. Samhain sigue siendo un día en el que la muerte y los muertos están más cerca que nunca. Para asustar a los malos espíritus, grupos de jóvenes y hombres vestidos de formas terribles paseaban por las calles con antorchas, cascabeles y campanas, cantando a voz en grito, para asustarlos. Algunos piensan que llamaban de puerta en puerta para ofrecer sus servicios de "protección", y que se les recompensaba con dulces o boxty (pastel de patata), siendo este el origen del truco o trato. A los niños más pequeños se les regalaban tortas de avena con un agujero, que debían colgarse al cuello o triturarse en la cabeza, como protección contra los espíritus.

También el resto del pueblo se vestirá como espíritus y seres malignos para que los verdaderos fantasmas y seres mágicos no les ataquen. Por supuesto también se tallan nabos irlandeses (de mayor tamaño que en el resto de Europa), posteriormente calabazas en los Estados Unidos, con rostros terroríficos, para recordar la leyenda de Jack O'Lantern y de cómo engañó al demonio, a pesar de quedar castigado a vagar eternamente con un nabo hueco como única luz.

Aunque ya hemos mencionado que varios de estos rituales es probable que fueran supervivencias y transformaciones paganas, otra parte surge a raíz del cristianismo. La gran mayoría de recetas tradicionales son vegetarianas en relación a la abstención de carne en fechas señaladas, como podía ser la víspera del Día de difuntos. Igualmente encender velas para los difuntos, o la propia leyenda de Jack O'Lantern, que tiene una mitología cristiana. Otros rituales con base cristiana pueden ser acudir a la misa de medianoche y a la salida sentarse en los porches esperando ver señales de los que ya murieron o de los que morirán en el año siguiente. La figura de la bruja no existía entre los celtas, es un concepto anglosajón posterior, sin embargo, la idea del demonio cristiano y de personas que aprovechan esta noche para invocarlo y realizar maldades sí estaba más extendida. Se hablaba de rituales que permitían al diablo introducirse en el cuerpo muerto que se hubiera salpicado con sangre.

Todo esto puede parecer demasiado ajeno a quienes han crecido con un entorno de Halloween estandarizado. Por ello en los festivales modernos que se celebran en Irlanda (cuyo nombre suele ser Púca) hacen acto de presencia otros monstruos modernos, y por supuesto, el Conde Drácula, para recordar que Bram Stoker, su creador, era irlandés.

Pietro V. Carracedo Ahumada – pietrocarracedo@gmail.com

Bibliografía:

- Eastwood, L. Samhain, the roots of Halloween. The History Press, UK, 2021.

- K. Danaher, The year in Ireland. Cork, 1972.  


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