Pentagramas, pentáculos y pantáculos

10.10.2018

En la magia ritual a menudo es requerida la realización, ya sea mental o física, de una figura mágica, el más habitual es un círculo mágico en el cual incluir los objetos del hechizo o meterse uno mismo. Pueden tratarse de métodos de sacralización, de protección, de potenciación... ante todo una herramienta. Sin embargo, a menudo hay confusión entre los conceptos de pantáculo y pentáculo, sobre todo en los recién iniciados en el estudio del esoterismo y el ocultismo, debido a que no existen registros de estos conceptos fuera de los diccionarios esotéricos. Por otra parte, el pentagrama es confundido con el pentáculo. Esta confusión, sin embargo, está justificada, como se verá a lo largo del artículo, y a fin de cuentas, es su función y no su denominación lo que realmente importa, aunque muchos autores, como Cunningham (1988),insistían en que la confusión de ambos términos produce no sólo problemas rituales sino de transmisión general. Por ello este breve artículo puede parecer obvio a los que ya lo conocen, pero ser aclaratorio para quienes guarden algunas dudas, para que puedan sacar sus propias conclusiones.

-El pentagrama
 
El pentagrama, del gr. penta-, "cinco" y -gramma, "escritura", es la famosísima estrella de cinco puntas, que también puede adoptar la forma de un pentágono en casos concretos. También es llamado pentalfa porque forma cinco letras alfa griegas mayúsculas, semejantes a la A del alfabeto latino. Lo importante de esta figura es que se puede realizar de un solo trazo, y ello lo convierte en un símbolo geométrico mágico-sagrado. Por otra parte, en la Antigüedad y los pitagóricos encontraron en esta figura la proporción áurea y el ser humano, siendo la punta superior la cabeza, las laterales los brazos y las dos restantes e inferiores las piernas. Siendo comparado con el hombre y por tanto con la Creación "a imagen y semejanza" del Dios cristiano, unido a su perfección estética, en la magia se le supuso un valor poderoso, creador y benigno, positivo. Mucho más tarde se asociaría a cada punta un elemento, siendo las dos inferiores Tierra y Fuego; las dos laterales, Aire y Agua, y la superior, el Éter o el espíritu. La magia que utiliza este símbolo, entonces, es positiva, y tiene el crecimiento espiritual y la conciencia humana presentes, si no por fines. Es el espíritu humano por encima de la naturaleza, pero en estrecha relación con ella. En esta imagen, la posibilidad de dibujar la figura sin levantar la herramienta para trazarla evoca una idea de movimiento continuo de estas energías. Los cinco trazos o los cinco triángulos que se forman asimismo pueden relacionarse con los cinco sentidos, las cinco llagas de Cristo, etc. El pentagrama no es, por tanto, necesariamente un símbolo mágico, sino un símbolo, a secas, que se puede encontrar en muchos contextos religiosos, matemáticos y sencillamente culturales.

-El pentáculo

Sin embargo, cuando el pentagrama se inscribe en un círculo mágico, delimitando su espacio sagrado o mágico de actuación, entonces debe hablarse de pentáculo o pentaclo. Se cree que su etimología provendría también de gr. penta- y del diminutivo latino -culum, como conjunto, o como terminación de círculo. El círculo es una figura geométrica también caracterizada por la perfección medida respecto de su centro y por su idea de continuidad, de ciclo. El pentáculo ha sido utilizado en muchas culturas como amuleto protector y sanador, ya que representaba el equilibrio del cuerpo y del mundo. Podían llevarse encima como talismán o situarse en las puertas de los hogares, en la ropa, esconderlo en algún lugar... En el caso de la magia ritual, lo más acostumbrado parece ser grabarlo en una placa de madera o metal para tenerlo como zona base de los objetos intervinientes en el hechizo o encantamiento, aunque también se puede dibujar de manera temporal o formarlo con plantas y flores, inciensos o minerales, cada cual asociados metódicamente a los puntos cardinales.

A menudo la estrella de cinco puntas se ve acompañada de otros símbolos y palabras mágicas, como Tetragrammaton, la referencia de cuatro letras hebreas (yod, he, vav, he) para el impronunciable nombre del Dios hebreo, que puede mostrarse, en efecto, con estos cuatro caracteres, o escrito Te - tra - gram - ma - ton y acompañado de los número 1-2, que simbolizan la dualidad y la perfección, y 1-2-3, que simbolizan el equilibrio y la plenitud, y en la magia en contexto cristiano, la Trinidad. En cualquier caso, 2+3 =5, como los cinco trazos. También se unen otros símbolos planetarios, otros nombres hebreos cabalísticos y alegorías, junto con sigilos divinos, angélicos, demoníacos, espirituales, mágicos o personales.

En una visión más simbólica y ritual, y también asociada a la wicca, las puntas de la estrella se acompañan de símbolos de los elementos, a menudo de forma triangular.

-El pentagrama o pentáculo invertido

La inversión del pentagrama o del pentáculo supone el abandono de la idea mencionada sobre los elementos y el espíritu humano, quedando el espíritu debajo, por lo que se asocia con magia maléfica o satánica, aunque la inversión no siempre sigue este patrón, del mismo modo que en otros muchos rituales de esta índole desde la Edad Media se realiza todo "del revés" como crítica, burla o simplemente rebeldía. Esta inversión también se identifica con el desequilibrio y dos conceptos diferenciados: por una parte, la idea de sobrepasar los límites de la naturaleza; por otra, la de que es la naturaleza la que sobrepasa al espíritu, afirmando que el instinto es superior a la mente.

En el caso de la imagen satánica, se identifican además con los dos vértices superiores los cuernos de un macho cabrío, cambiando la imagen humana por la de un símbolo demoníaco. Cuando aparecen la cabeza de un macho cabrío o baphomet realmente dibujada y las cinco letras hebreas (lamed, vav, yod, tav y nun) del nombre Leviatán, como uno de los príncipes infernales, se trata del símbolo y logotipo de la Iglesia de Satán, fundada por A. LaVey en 1966. Aquí, siguiendo las ideas del fundador, las tres puntas inferiores son una negación de la Trinidad, y las dos superiores, una revelación de la dualidad existente en el mundo: masculino-femenino, día-noche, bueno-malo...

El pentagrama invertido es también un símbolo de los gaianos, seguidores de la hipótesis Gaia de J. Lovelock (1969), donde la Tierra (Gaia o Gea) es un organismo vivo y el ser humano forma parte de él. Aquí el pentáculo no tiene misión mágica, sino simbólica, ya que representa los elementos y al ser humano como punto principal de equilibrio, cuyas acciones desequilibran la figura entera. Existen algunos covens wiccanos donde el pentagrama invertido es un signo de haber alcanzado un segundo grado iniciático, otro caso de inversión sin intención destructora.

-Pantáculos.

Un practicante puede escoger qué incluir o no incluir en un círculo mágico. Todos los elementos que se encuentren dentro de este círculo sufren la influencia del mismo. He aquí la clave de lo que es un pantáculo, del griego panta- , todo.: una representación del todo, del universo, de las cosas relevantes para el practicante, y por tanto del control de las mismas para los fines deseados. No obstante, existen quienes consideran que en realidad es una interrelación con penta-, ya que como se ha visto coincide con cuestiones como la creación, los elementos, el ser humano, etc., en definitiva, "el todo en clave de cinco".

Los pantáculos pueden, o no, incluir una estrella de cinco puntas, dependiendo de las intenciones o ideas simbólicas que pueda aplicarle quien desarrolla el ritual. También por esta cuestión confusa se llama Sello de Salomón al pentáculo, aunque debería ser con la estrella de seis puntas, la llamada estrella de David. Este símbolo sería un pantáculo en toda regla, ya que se compone de dos triángulos enfrentados, uno hacia arriba y otro hacia abajo, que simbolizan la fusión y equilibrio de contrarios universales. El ya mencionado Sello de Salomón cuenta con una historia propia dentro de la magia: cuenta el texto apócrifo Testamento de Salomón, del S.III, que este rey recibe de mano del arcángel Miguel un anillo con grabado o piedra incrustada donde aparece su sello, -que posteriormente fue identificado con un pentalfa-, con el cual poder forzar a los espíritus malignos a revelarles sobre quiénes y qué causan afectaciones, y qué ángel anula su poder. De este modo, pudo catalogarlos e incluso obligar a algunos, como Asmodeo, a construir el Templo.

Cierto es que en la antigüedad la idea de los anillos con virtudes mágicas era una creencia extendida, como demuestran los papiros donde aparecen recetarios para crear estas joyas. A causa de esta historia, los pantáculos a menudo se consideran talismanes, así como se piensa que resultan más efectivos sobre un soporte físico continuado, más que simplemente dibujado a la hora de ser usado. Y tal vez por ello mismo tienen un uso más activo (talismán) y no pasivo (amuleto).

Antiguamente los pantáculos, hasta los siglos XV y XVI, eran considerados sellos o firmas angélicas, talismanes benefactores cuyos caracteres ocultos podían utilizarse en el apoyo a la medicina tradicional y aquella que iba avanzando - aún se usaban en la época de Paracelso talismanes astrológicos identificados con dolencias concretas, aunque los amuletos atribuidos a sus estudios en ocasiones son producto de reinterpretaciones sobre sus conocimientos en hierbas, minerales y metales.

Estos talismanes podían defender al que marchaba a la guerra o al que viajaba de noche, también eran útiles para atraer el amor o vencer a los enemigos, pero muy rara vez uno de ellos es de función negativa o atacante. Muchos de estos se encuentran ya en los grimorios renacentistas, surgidos de una tradición sigilística derivada desde la religión a la magia. Por citar un ejemplo, en Las Clavículas de Salomón encontramos un compendio de pantáculos relacionados directamente con los planetas, y que contiene símbolos relacionados con la astrología, los elementos, etc. además de palabras sagradas en hebreo o griego, pues se considera que las lenguas "sagradas" son más poderosas.

Estos pantáculos están pensados para realizarse mayoritariamente sobre la piel curtida de algún animal vinculado o un metal planetario, junto con otros muchos elementos que complican el ritual, como sangre de animales sacrificados, hierbas recogidos en fechas concretas o bajo ciertas condiciones lunares, etc. Debe tenerse en cuenta que no basta, en principio con la realización del pantáculo para conseguir los objetivos deseados. Si bien el pantáculo forma parte del ritual, también el mismo debe estar ritualizado o consagrado. Para ello hay distintas fórmulas, entre las que se incluyen someter a la influencia de los astros el talismán durante treinta días, bañarlo en agua bendita o exponerlo a ciertos inciensos, imantarlo con virutas de imán e introducirlo en un saquito, e incluso consagrarlos mediante un círculo mágico o pantáculo con esa función específica, como aparece en el Libro de San Cipriano, grimorio cuyos contenidos parecen proceder del S.XVI, aunque sus ediciones son del S.XVII, y en el cual los pantáculos son presentados directamente como talismanes físicos.

También en este compendio se halla uno de los casos aislados en los que un pantáculo talismánico tiene una función activa "negativa", como es la de invocar a los muertos. En este tipo de situaciones, los pantáculos se convierten más en sellos mágicos o círculos de invocación o protección, ya que su función pervierte el propio significado de la palabra al no representar ni alterar un todo.

Los pantáculos tampoco deben confundirse con los sigilos o los sellos angélicos o demoníacos. La diferencia radica no sólo en su origen y fin - en el caso de los sellos como el ya mencionado, la firma e invocación. Un sigil, por su parte, no sería un pantáculo hasta no haber sido rodeado por la circunferencia, y dentro de la misma puede haber varios de ellos. Sin embargo, en grimorios como Las Clavículas de Salomón, muchos de los pantáculos tienen el poder de doblegar espíritus, invocarlos o atraerlos para que sean ellos quienes activen su poder - esto es, el pantáculo no tendría poder en sí mismo más que para atraer las fuerzas que sí tienen esa capacidad. En tal caso, su presentación como talismán cede ante la de herramienta ritual.

Los pantáculos tienen también usos puramente simbólicos, como ocurre en los tratados de alquimia de Basilio Valentín (S.XV), cuya existencia aún es discutida. Aquí el equilibrio matemático forma parte de su búsqueda. Asimismo muchos pantáculos cobran sentido a través de una interpretación cabalística, donde se manifiestan las sephirot, el árbol, etc.

Existen, por tanto, pantáculos mágicos también con ilustraciones directas de una divinidad o alegoría, como la justicia, o simplemente con nombres inscritos en el interior, ya sean nombres de entidades o propios, o los objetivos perseguidos. ¿Su función? Aquella que el practicante desee, ya que su simbolismo puede tomarse como tal o como parte necesaria del ritual.

Asimismo, el desarrollo de desde cero es posible mediante cualquier cosa que quiera inscribirse en la circunferencia mágica, incluyendo sigilos originales y símbolos destinados a la función del ritual a desarrollar. Claro que para la creación "convincente" de los mismos, incluso entre practicantes habituales, parece necesario el conocimiento de al menos parte de los sellos y signaturas mencionados, por lo que a menudo el pentagrama se ha convertido en la figura de mayor utilización, y de ahí viene que pentáculo y pantáculo, una vez más, hayan sido fusionados.

Para terminar, decir que un pantáculo puede no ser circular. Aunque es lo más común, ya que el círculo es una figura geométrica muy alabada y reconocida, cualquier otra evocación del todo es válida, incluyendo la superposición de elementos. Resumiendo, lo importante tanto para el ritual como para su validez simbólica y talismánica es que se encuentra delimitado, para poder así enfocarse más fácilmente en ese espacio concreto que representa otro mayor.

Pietro Viktor Carracedo Ahumada - pietrocarracedo@gmail.com

Bibliografía:
-Balasch E., Ruiz, Y. Diccionario de Magia antigua y alquimia, Tikal, 2003
- Biedermann, Diccionario de símbolos, Editorial Paidós Ibérica, Barcelona, 2013
- Drury, N. The history of magic in the modern age: a quest for a personal transformation. Constable, Londres, 2000
-Tondriau, J. Diccionario de las ciencias ocultas, La tabla esmeralda, EDAF, 1985.

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