Histora del ocultismo (III). El Primer Renacimiento

15.08.2023

Coulianu (1987) y Daxelmüller (1993) coinciden en indicar que el Renacimiento no es, como se ha pretendido ver, un redescubrimiento de las artes grecorromanas, sino un renacimiento de lo oculto, es decir, un renacimiento del simbolismo clásico y filosófico, incluso antes de que las primeras esculturas antiguas salieran a la luz. En efecto, se trata de una época de despertar esotérico, en el sentido más profundo de la palabra, un despertar del espíritu, adormilado entre las guerras, el hambre y la religión. Resurgen los pensamientos críticos y científicos, si bien muchos son aplastados por el poder eclesiástico. Y las artes mágicas empiezan a verse, no como simples trabajos de viudas campesinas que reparan virgos o maldicen mediante gestos y hierbas, sino como conocimientos superiores que fueron escondidos mediante símbolos universales, y que revelan las infinitas capacidades del hombre como ser espiritual. Una visión que la Inquisición retorcerá.

Este Primer renacimiento, identificado con el Quattrocento, es la época del mecenazgo de la familia Médici y del neoplatonismo florentino, que consideraba que el ser humano y el universo son un único ser vivo en perenne relación, debiéndose buscar la concordia y equilibrio universales. Se realizan revisiones teológicas donde el paganismo no se enfrenta con el cristianismo, sino que todas las divinidades son fuerzas y almas cósmicas que, mediante un conocimiento racional, pueden conducir al ser humano a la verdad.

La magia en el Renacimiento no puede entenderse sin la influencia de dos obras fundamentales: El Picatrix y el Corpus Hermeticum.

El Picatrix es una obra medieval, un grimorio compilado en la Escuela fe Traductores de Toledo, para el Rey Alfonso X el Sabio. Si bien sabemos esto, no tenemos copias anteriores al S.XV, probablemente por haberse tratado de un libro destinado a los intereses del rey hispano y no ser un grimorio extendido. Las ideas del Picatrix que calarán en. pensamiento renacentista serán sobre todo las de corte neoplatónico, es decir, aquellas en las que el hombre puede mejorar hasta alcanzar la unión con lo divino, así como otras ideas repetidas en este tiempo, por ejemplo, que el ser tiene en su mano la capacidad, mediante la magia, de alterar la naturaleza para obtener lo que desea. Esto es claramente visible en la astrología, ya que conociendo los efectos de las posiciones de los astros, el mago/astrólogo puede saber cuándo es el momento más propicio para lo que quiera hacer.

El Corpus Hermeticum es una recopilación y traducción de textos sagrados herméticos griegos, que reúnen las ideas principales del Hermetismo: el hombre como microcosmos, que todos los cambios (incluyendo la muerte) son transformaciones de energía, el cuerpo como obstáculo para el conocimiento y evolución del alma humana, la permanencia e inmanencia de Dios en la naturaleza... Todo esto con claras aplicaciones a la astrología, la medicina o la alquimia, donde la Tabla Esmeralda será el texto clave, junto con el Poimandres, el primer texto de este corpus, donde se presenta la figura de Hermes Trimegisto.

Pese a la exposición general, no hay una sola corriente filosófica, religiosa o esotérica que defina todas las personalidades y obras del Renacimiento y los siglos inmediatamente posteriores.

Por ello preferimos analizar también a algunas de las figuras más relevantes y conocidas, para ver de manera resumida y ordenada las principales ideas y enfoques que caracterizaron los inicios de esta época.

Arte y literatura esotérica en el primer renacimiento

  • Dante Alighieri

El poeta Dante Alighieri (1265-1321), pertenece al período del Trecento, sin embargo, pocos son los que dudan en incluirlo entre los primeros renacentistas. Conocido sin duda por su Divina Comedia, enseguida pudo comprobarse que dentro del cariz religioso de su obra se encontraban ualmente conocimientos adquiridos del estudio de la Cábala hebrea.

Baste hacer notar que toda la obra se nutre de numerología, estando intencionadamente dividida en 3 libros (Infierno, Purgatorio y Paraíso), divididos a su vez en 33 cantos cada uno; hay 9 niveles de infierno y hay 9 cielos, divididos en 3 sectores cada uno, existiendo 9 jerarquías angelicales divididas en 3 órdenes; el número 9, tan divino, es el asociado a Beatriz, su amor y guía... Etc.

Igualmente varios estudiosos han encontrado entre sus versos lo que consideran reflexiones alquímicas. La idea de la purificación por grados o los tres colores de las tres cabezas de Lucifer. No son pocos los que consideran que Dante habría tenido un estrecho vínculo con órdenes esotéricas, como los Templarios, y que de ahí provengan las infinitas alegorías paganas de su obra.

  • El tarot Visconti-Sforza (ca. 1450)

En esta época surgen las primeras barajas de Tarot, conocidas como Visconti-Sforza, si bien no se ha conservado ningún mazo completo, y además, aún formaban parte del juego llamado trionfi (triunfos). Representaban a miembros de las familias Visconti y Sforza, siendo quienes las encargaban como muestra de lujo y prestigio. Existen muchos modelos, pero la baraja mejor conservada tenía 78 cartas (conservamos 74), y se atribuyen al pintor Bonifacio Bembo, entorno al año 1450, en el norte de Italia. Al tener simbolismos y representaciones paganas, se cree que fue el motivo de la Iglesia mirara con recelo los tarocchi, a pesar de que las fuentes de la época aseguran que este tipo de barajas no se utilizaban para apostar ni para otros juegos de vicio, al contrario, es muy probable que estuvieran asociadas a los ejercicios de memoria, es decir, al método utilizado por quienes estudiaban retórica para crear asociaciones y desarrollar los discursos.

Son varios estudiosos los que piensan que estos triunfos podrían estar basados en la obra Triunfos, del poeta Petrarca. Igualmente, debe hacerse notar que estos primeros mazos son los que desarrollarán las imágenes repetidas de los arcanos, aunque también hay que tener en cuenta que eran cartas pensadas para uso personal que tenían mensajes escritos y otros ocultos intencionadamente, pero que solamente entenderían sus solicitantes o iniciados. Se mezclan elementos cristianos con elementos novedosos e incluso heréticos (la Papisa). Con todo, sí que es probable que entre los ejercicios de memoria antes mencionados se encontrase también un camino espiritual cargado de simbolismos a través de los mitos paganos y herméticos, mezclados con las virtudes cristianas, que ciertamente molestaran a la Iglesia a nivel doctrinal.

  • El Tarot de Mantegna

Durante mucho tiempo se atribuyó a Andrea Mantegna (1431-1506), un artista renacentista con grandes avances en los estudios de perspectiva y anatomía. Algunos de sus grabados se identificaron con los grabados del Tarot "de Mantegna", y así ha sido hasta el s. XIX. Independientemente del verdadero autor, el Tarot de Mantegna tuvo importancia en el desarrollo del tarot, principalmente por surgir ya con intenciones ludicas y didácticas, y por otro, porque sus ilustraciones, a la manera de grabado y fáciles de reproducir y colorear, promovieron la impresión de barajas.

Sus cartas muestran las jerarquías humanas (del mendigo al Papa), las artes (las musas y Apolo), las artes liberales, los genios o espíritus del mundo (luz, sol, tiempo y cosmos), las siete virtudes, las siete esferas celestes, las estrellas fijas (también llamada octava esfera), y las dos causas primordiales, Mobile y Prima.

  • Sandro Boticelli (1445-1510)

Las obras de Boticelli son conocidas por su simbolismo y la representación de las figuras mitológicas de una forma diferente de las presentaciones clásicas romanas que vendrían después, tras los descubrimientos arqueológicos. La Primavera y el Nacimiento de Venus son sus obras con más carga esotérica y más conocidas por ello. Hay una gran influencia de la filosofía neoplatónica y de Ficino, al que se verá después. Las obras merecen análisis profundos pero no podemos realizarlos en este artículo, baste con breves resúmenes y en el futuro dedicarles artículos completos.

La Primavera debe leerse de derecha a izquierda, aparece representada tres veces en tres facetas diferentes, representando los pasos de Alma ( desnuda, escapando del bosque, después con semillas y flores, y finalmente plena Primavera-Amor), y muestra a las Tres Gracias como tres virtudes (castidad, belleza y placer), que se miran entre sí indicando los órdenes de progresión espiritual, superando lo carnal. Eros las apunta con sus flechas. Mercurio, por último, es el símbolo del conocimiento y la iniciación.

El Nacimiento de Venus no es la Venus-Afrodita, sino la Venus Diosa Madre, fértil, creadora, sobre las aguas primordiales. La concha es un símbolo de transformación espiritual. Las flores y los colores simbolizan diversas virtudes. También puede interpretarse como el elemento agua, el Céfiro soplando el elemento viento, las Horas con vestido de flores el elemento tierra y Venus misma es el fuego, la pasión. Venus, la femineidad, nace de los testículos de Urano, la masculinidad.

Hay otras obras con simbolismo esotérico, no obstante, dado el limitado espacio del artículo, se ha preferido presentar ejemplos conocidos.

  • Leonardo Da Vinci (1452-1519)

Da Vinci es el símbolo absoluto del Renacimiento, el Genio del Renacimiento, un polímata. Es difícil pensar que Leonardo estuviera alejado del pensamiento esotérico del momento, pues se conocen volúmenes esotéricos de su biblioteca y relaciones personales, y más con la ya de por sí rompedora Última Cena, donde hay una serie de misterios que pueden creerse en mayor o menor medida, pero otras claves que han sido puestas en el cuadro claramente. Por ejemplo, "oculto" encontramos la división de los 12 apóstoles en 4 grupos de 3 personas, siguiendo un patrón astrológico y alquímico. Cada apóstol está relacionado en sus características con un signo zodiacal y un planeta. De alguna forma, Jesús es el Sol y al mismo tiempo se hace referencia al Macrocosmos y el Microcosmos. La lectura del cuadro en profundidad debe realizarse de manera especular, es decir, de derecha a izquierda, tal y como indica la dirección de la luz.

Otras señales son más visibles: el nudo en el mantel, que para algunos es la firma de Da Vinci (por el italiano vincolo), para otros, el indicativo de que hay una mujer en la mesa; la actitud amenazante de Pedro con un cuchillo, el hecho de que haya apóstoles (que se creen autorretrato de Leonardo) que le den la espalda de Jesús, que Judas no aparezca apartado del resto, que no aparezca el Cáliz, ni ningún personaje tenga aureola, etc.

No es su único cuadro con carga esotérica, pero como en el caso de Boticelli, baste como ejemplo conocido.

Filosofía esotérica del Primer Renacimiento.

Sin duda el esoterismo y pensamientos procedentes de la Edad Media, de autores como Pietro d'Abano o Ramón Llull, influyeron en la forma en que se recibieron las traducciones de obras latinas y griegas, hasta entonces pasadas por los filtros de estudios árabes, y no todas traducidas literalmente. El redescubrimiento del mundo clásico es un renacer que también provoca una relectura de la historia de Europa más allá de "la Europa cristiana", buscando una conciliación espiritual entre la antigüedad y el cristianismo que muy rara vez llega a bien puerto.

  • Gemisto Pletón (ca. 1360-1452)

También llamado Pletho, se trata de una de las figuras bizantinas más importantes de este tiempo. Recopilador de textos de la antigüedad clásica e ideas orientales, en sus círculos más cercanos expuso su rechazo al cristianismo y su deseo de recuperar la religiosidad pagana griega, mezclada con algunos elementos babilónicos, como los Magi (magos-astrólogos).

Comúnmente se considera que fue de él de quien los renacentistas italianos como Ficino obtuvieron los esquemas de la.magia natural.

  • Marsilio Ficino (1433-1499)

Marsilio Ficino  es una de las grandes figuras iniciadoras del resurgir esotérico. Traductor de muchas obras de la antigüedad clásica, y fundador, con la ayuda de Cósimo de Médici, de la Academia Florentina, su primera traducción fueron textos herméticos, donde Hermes Trimegisto se convertía en una figura orientadora para alcanzar la Verdad mediante el conocimiento oculto. Del mismo modo, actos religiosos antiguos como la astrología caldea eran búsquedas de mensajes divinos a través de la Creación. También es el precursor del pensamiento de la Prisca theologia, o Antigua Teología, llevando a cabo un análisis por el cual la teología de las religiones antiguas orientaban al conocimiento de un Ser Supremo.

En lo que respecta a la magia, era un camino de conocimiento, si se seguían los pasos y leyes correctos. La magia de Ficino era una magia naturalista, que permite la mejora intelectual y espiritual del ser humano (en línea con el pensamiento antropocéntrico) y así continuará siendo gran parte de Renacimiento. Ficino mezcló el platonismo con el cristianismo, centrándose en la realidad de las cosas y al mismo tiempo en la búsqueda de la purificación y la mejora continua del hombre. Por otro lado, la astrología de Ficino era una astronomía regida por las matemáticas, y no determinante (pues el hombre gozaba de Libertad). Los talismanes mágicos los aceptaba exclusivamente pándolo u relación alquímica y medicinal.

  • Rabbi Jonathan Alemanno (1435-1510)

Rabino que fue tutor del discípulo de Ficino, Pico Della Mirandola. Estudioso de la filosofía antigua, se interesó por el neoplatonismo y fue maestro de cábala. Alemanno consideraba que la magia y la espiritualidad debían ser el último escalón y objetivo de los estudios. Entendía la Cábala como la magia divina.

  • Johannes Reuchlin (1455 – 1522)

Uno de los humanistas alemanes más importantes después de Erasmo de Rotterdam, fue un filósofo y sacerdote interesado en extremo por la cábala judía. Sus polémicas estuvieron relacionadas con su enfrentamiento con Johannes Pfefferkorn, un judío converso que solicitaba la quema de todos las obras religiosas judías, a lo que Reuchlin se negó, y del cual conservamos su defensa (Augenspielen).

Su interpretación de la cábala al final tiene mucho de cábala cristiana, y más en su faceta esotérica espiritual que mágica. Aún así, trata asuntos como la angelología, la demonología, el alma y la reencarnación, así como esoterismos simbólicos, en relación con el pensamiento de los clásicos, a los que tradujo.

  • Johannes Trithemius (1462-1516)

Aunque pertenece al renacimiento alemán, Johannes Trithemius  se vio imbuido durante siglos en una ola de misticismo por considerarse que sus obras trataban sobre magia y hechizos. La obra que le ganó esta fama fue la Estenografía, con la cual enseñaba a encriptar mensajes a través de múltiples alfabetos y claves numéricas, pero sin ningun tipo de intención mágica por parte del autor, aunque así se creyera a posteriori. De hecho, en su obra De octo quaestionum, realizada en respuesta al emperador Maximiliano I, quien le sometió a ocho preguntas de fe, puede verse que tiene una fuerte convicción religiosa. La Estenografía, sin embargo, fue incomprendida e incluida en el Índice de Libros Prohibidos.

Sí es cierto, empero, que fue fundador de la Sodalitas Celtica, una "cofradía" donde se estudiaba astrología y numerología, además de matemáticas y lenguas.

Es probable que la palabra mago se utilizara como sinónimo de sabio. Sin embargo, corrían muchos rumores sobre él, como que tenía una especie de espíritu o ángel de la guarda que lo inspiraba y ayudaba. Asimismo, que el emperador había conseguido visualizar espíritus de grandes personajes difuntos mediante su intercesión.

  • Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494)

Discípulo y amigo de Ficino, Pico della Mirandola continuó el pensamiento neoplatónico, pero en el campo de las artes ocultas dio un paso más allá, ya que expuso abiertamente que la religión y la magia estaban unidad y trabajó la Cábala judía hasta crear los primeros modelos de Cábala Cristiana. Sin embargo, en el campo de la astrología se mostró mucho más crítico, pues no consideraba posible ninguna inclinación si se creía plenamente en el Libre Albedrío.

Pico se hizo un hueco en la historia sobre todo por la exposición de sus 900 tesis sobre filosofía, teología, religión y magia, donde recogía sentencias y comentarios de pensadores antiguos y del mundo árabe. Como algunas de estas tesis fueron tildadas de herejía, en lugar de eliminarlas o modificarlas, Pico regresó a defender y explicar con orgullo cómo eran correctas, lo que fue visto como rebeldía por las fuerzas eclesiásticas.

Para Pico, toda la naturaleza tenia una parte buena o positiva y una mala o negativa. No se podía condenar al hombre por ser inferior o pecador, cuando también había formas de elevar su pensamiento y naturaleza, siendo un reflejo de Dios. Con la magia ocurría lo mismo, el problema no era la magia en sí misma, sino el uso que se hacía de ella con el favor de los demonios o siguiendo los designios divinos. Valoraba la magia natural como investigación experimental, es decir, como precursora de la ciencia. Entre sus sentencias más famosas, encontramos estas, que resume muy bien su pensamiento: <<La magia es la parte más noble de las ciencias>> y << La naturaleza hace de forma natural lo que el mago hace por su arte>>

Pico moriría envenenado con arsénico en medio de un conflicto de intereses religiosos y políticos, en los tiempos de Savonarola.

Brujería renacentista

Es bueno ver a grandes pensadores interesarse por el mundo de la magia, no obstante, no podemos pensar que la "magia de a pie" o magia popular, vulgar e incorrectamente distinguida como brujería, hubiera quedado relegada. Al contrario, desde el s. XIII la herejía y la brujería eran perseguidas por bula papal, y así continuaría siendo. La inquisición medieval se instituye en este momento como tribunal e institución propiamente dicha.

Aunque nosotros distingamos la magia de la brujería, sería más correcto en este momento histórico distinguir la herejía de la brujería. De esta forma, los textos e ideas filosóficas que hemos visto serían considerados por la Iglesia como heréticos, mientras que la brujería se caracterizaría por su relación con fuerzas demoníacas.

La existencia del Diablo en esta época es tan indiscutible como lo era la de Dios. Así que los pactos con el Diablo son creídos indiscutiblemente, y la brujería sólo podrá darse con el auxilio demoníaco, ignorando totalmente cualquier otra forma de magia popular o natural.

Por ejemplo, Johannes Hartlieb (1410-1468) escribió un compendio de artes prohibidas y supersticiones, así como obras donde identificaba las hierbas de las brujas. En su obra encontramos la primera referencia a que las brujas untan su escoba para volar.

Ahora, y no en el medievo, empieza a configurarse la figura de la bruja como adoradora de Satanás, sus vuelos en escoba y sus aquelarres. Ya no son ritos paganos ni desviaciones de fe cristiana, sino que se ven como perversiones y ataques al cristianismo. Esto, unido a las incipientes divisiones de la Iglesia (como se verá en el próximo artículo de la serie) serán el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de la histeria religiosa, las persecuciones, y la redacción del mortífero Malleus Malleficarum.

Pietro V. Carracedo Ahumada - pietrocarracedo@gmail.com

Bibliografía:

- Coulianu. I.P. Eros y la magia en el Renacimiento. Siruela, 2007.

- Daxelmüller, C. Historia social de la magia. Herder, 2009

-Fernández Álvarez, M. Gran Hª. Universal. VI. Renacimiento y humanismo.. III. 8. Ed. Najera. Madrid, 1990

- Gerin Ricard, L. de; Historia del ocultismo. Luis de Caralt Ediciones, 1975


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